nostalgias añejas de vidas pasadas
cuando todavía reír era una opción
cuando lucían bien las ropas gastadas
cuando estaba tan cerca la revolución
cuando el mundo acababa en esa montaña
y llamaba el misterio en aquel callejón,
cuando no dolía un corazón que te extraña,
cuando no hacía mal la televisión
cuando cantábamos los buenos borrachos,
muy tarde y muy temprano, y viceversa,
cuando se podía nadar con marea adversa
y andar tranquilo con los cordones desatados...